Me envuelve la obscuridad
del duelo que deja el adiós
junto con ese vació que
junto con ese vació que
lo único que siento
es mi propia compañía
La rutina abraza mi vida
quedando en el circulo
que no tiene principio ni fin
y juega conmigo
sin dejarme ver el camino
que no tiene principio ni fin
y juega conmigo
sin dejarme ver el camino
y todo se vuelve confuso
entre el ayer y el mañana
entre el ayer y el mañana
Es entonces cuando la soledad
gana su batalla y sin darme cuenta
me encuentro bebiendo mi soledad
salada por mis lagrimas
Lagrimas que no tienen un porque
pero ayudan a liberar mi alma
del duelo que ya no quiero llorar.
del duelo que ya no quiero llorar.
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